Pero no todo es meditación. La Federación se rige por unas férreas normas, con constitución, moneda y periódico propios. También tiene escuelas, granjas y todo tipo de artesanía. Sus fábricas de cachemira y seda suministran a algunas de las casas de modas más importantes de Milán, y su ‘Compañía de la Buena Tierra’ suministra alimentos a grandes almacenes como Fortnum & Mason y Macy´s.
Lo más llamativo de Damanhur es el Templo de la Humanidad – una enorme red subterránea de corredores, salones y cúpulas (una de ellas de cristal Tiffany, la más grande conocida) llenos de oro, plata y mosaicos, que fue construido dentro de la montaña durante 17 años. El proyecto comenzó en 1978, en secreto porque no tenía ningún permiso de construcción. Sólo se supo de su existencia en 1992, cuando un exmiembro de la comunidad pidió una gran cantidad de dinero por no denunciarlo. En ese momento se decidió ir a las autoridades y admitir que el templo existía. Afortunadamente, decidieron que era demasiado bello para cerrarlo y obligar a su demolición, y ahora está abierto al público. Unas 70,000 personas al año visitan la Federación.
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